sábado, 19 de junio de 2010

Ya lo decía "él"


La Retórica de Aristóteles es el manual más antiguo que se conserva sobre este asunto. Es, precisamente, un manual cuyo objetivo es enseñar a utilizar la retórica, sin evitar adentrarse en la fundamentación de la misma, dado el carácter filosófico del autor. Sin embargo, no es un escrito terminado para su publicación, sino notas de apoyo para las explicaciones de clase. De ahí la irregularidad en la ordenación de materias, repeticiones y reelaboraciones.


La Retórica se divide en tres libros. 

El primero podríamos decir que consiste en la fundamentación de la retórica como arte y su consolidación teórica; el segundo, las pasiones y caracteres, propiamente constituye una psicagogía (guía de almas); y el tercero puede considerase un tratado sobre la elocución. 


En el primer libro define Aristóteles la retórica como "la facultad de considerar en cada caso lo que cabe para persuadir". Dice de ella que es una técnica, un arte sujeto a reglas y a una consideración especial que va más allá de la mera experimentación. Describe los medios de persuasión, dividiéndolos en medios artísticos (aquellos que provienen del arte del orador) y los no artísticos (aquellos de que provee la prueba externa). 

Entre los primeros se encuentran los procedimientos deductivos e inductivos que llevan a conseguir argumentos, entimemas (un tipo especial de silogismo) y los ejemplos. Entre los extrarretóricos cita Aristóteles: leyes, testigos, contratos, confesiones bajo tortura y juramentos. 

Propone tres tipos de persuasión:

  1. La basada en el ethos del orador, es decir, aquella que surge de las cualidades propias del orador.
  2. La basada en el pathos, aquella que proviene de las emociones y pasiones de los oyentes y 
  3. la que se basa en la lógica, que remite al intelecto y a los argumentos. 

En este libro, Aristóteles propone también la ya clásica división de los discursos en judiciales, deliberativos y encomiásticos, según sus objetivos y temas; y aboga por el uso y la utilidad de los lugares comunes (tópicos) para buscar argumentos. 


El libro segundo se ocupa de la relación entre el público y el orador. Para ello, estudia el carácter del orador y las emociones o pasiones del oyente, a las que puede recurrir el orador para obtener efectos. Entre las pasiones efectúa un análisis de la ira, la serenidad, del amor y el odio, del temor, de la vergüenza, del favor, de la compasión, de indignación, la envidia y la emulación. A continuación, estudia los caracteres, primero en relación con la edad: el viejo, el joven, el adulto; después en relación con la fortuna: la nobleza, la riqueza y el poder. 

Posteriormente, se detiene en los tópicos comunes a los tres géneros del discurso y, por último, en los argumentos comunes para estos tres tipos, donde desarrolla los ejemplos, las parábolas, las fábulas y después los entimemas. 


El libro tercero trata de la parte que podríamos llamar elocución. Comienza tratando la acción y la claridad en la dicción. Analiza el buen estilo, del que destaca la facultad esencial de la claridad y se detiene en la metáfora como especialmente útil. Examina los distintos tipos de estilo, tanto en sí mismos como en relación a cada uno de los géneros, y expone sus cualidades. 

Y para terminar, analiza la disposición, en la que repasa cada una de sus partes: el exordio, la narración, la demostración y el epílogo, al tiempo que valora la interrogación en el discurso, el uso de las preguntas y respuestas y el empleo del ridículo.


http://es.shvoong.com/books/7849-retórica/

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